El fútbol es un deporte que se lleva practicando siglos, aunque no en todas sus categorías. El fútbol femenino tuvo sus inicios en Inglaterra, en el año 1894. Netty Honeyball era una activista, feminista y forofa del deporte. Teniendo en cuenta el éxito del fútbol masculino y atendiendo al movimiento feminista del momento que trataba de impulsar la figura de la mujer en la sociedad desde todos sus aspectos decidió tomar cartas sobre el asunto. Honeyball anunció en un periódico local de Londres una oferta para todas aquellas mujeres que quisieran participar en formar un equipo de fútbol. La oferta tuvo bastante éxito y en pocas semanas Honeyball había conseguido todas las integrantes necesarias para crear un equipo de fútbol.
En marzo de 1995 se disputó el primer partido de fútbol femenino reconocido en la historia. Situado en Crouch End, un pequeño estadio en Londres donde acudieron cerca de 5.000 personas a ver el encuentro. El “British Ladies Football Club” pasó a la historia por ser el primer club de futbol femenino en el mundo. Este partido fue jugado entre jugadoras del mismo equipo, divididas entre sí por quienes vivían en el norte de la ciudad, que vestían de rojo y quienes vivían en el sur, que veían de azul.
El encuentro tuvo una asistencia de cerca de 5.000 espectadores, por supuesto causo revuelo y discrepancias sociales ya que era muy extraño ver a mujeres disputar este tipo de deportes en una época en la que estaba mal visto que realizasen tareas ajenas al cuidado y mantenimiento del entorno familiar.
La Primera Guerra mundial fue un hito histórico en muchos sentidos, uno positivo sería el impacto que tuvo para el aumento de importancia e influencia de los deportes femeninos. Con los hombres destinados en las primeras líneas de batalla, las personas que estaban en casa no tenían método de entretenimiento, es por ello que de 1914-1919 huno un incremento muy grande de deportes femeninos, siendo el fútbol uno de ellos y registrando asistencias a partidos de cerca de las 23.000 personas. Al final de la guerra, en 1920 la Asociación de Futbol inglesa (FA) decidió que el fútbol no era apta para mujeres y que no debería realizarse, por eso, después de la importancia de esta disciplina en la guerra, se prohibió 50 años.
En 1969 un grupo de activistas inglesas se unieron para crear la primera asociación de futbol Femenina (WFA), con ella la intención no solo era retomar la antigua liga de fútbol si no conseguir impulsar el fútbol femenino al entorno internacional y conseguir darle una mayor atención y foco mediático a estar categoría. La FIFA logró reconocerlo e ir poco a poco avanzando tanto en ligas a nivel nacional como en competiciones internacionales.
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El primer mundial femenino de fútbol tuvo lugar en China en 1991. La competición albergó más de 12 países y finalmente Estados Unidos se proclamó campeona. Han pasado ya más de 100 años de historia del fútbol femenino y a día de hoy sigue aumentando la cantidad de competiciones, categorías y posibilidades.
El entorno deportivo abre camino a la diferencia física de ambas categorías y lucha desde entornos como la nutrición para adaptarse a las necesidades de los futbolistas diferentes a las de sus compañeros que practican el mismo deporte. Por eso, desde un inicio hasta hoy, todos los que participen en este deporte, ya sea como jugadoras, equipos técnicos, nutricionistas… están siendo parte de una gran historia que mañana será cada vez más importante.