El huevo es un alimento que ha ocasionado fuertes contradicciones sobre su relación con el colesterol y la cantidad en la que debe ser ingerido. Pese a su pequeño tamaño, desde el punto de vista nutricional, el huevo es uno de los alimentos más completos conocidos hoy en día. A parte de contener numerosas proteínas y vitaminas que ayudan a nuestro bienestar digestivo, este pequeño tesoro nutricional ofrece muchos más beneficios de lo que pensamos, ¿quieres conocer algunos de ellos? A continuación, te los contamos.

 

Un huevo de gallina comercial contiene solo 70 kcal. Entre la clara y la yema encontramos una gran variedad de proteínas, vitaminas y minerales esenciales para el bienestar de nuestro organismo. No es usual encontrar alimentos naturales que contengan una mezcla tan variada de nutrientes en especial de las diferentes proteínas que tiene el huevo y sus utilidades para nuestro organismo.

¿Cuál es la composición del huevo?

Algunos de los componentes más valiosos de la clara son:

  • Ácido fólico: fundamental para la formación de las células que ayudan a prevenir las anemias y a mantener la piel sana.
  • Vitamina B-12: esencial para regenerar tejidos y metabolizar hidratos de carbono y grasas.
  • Calcio: ayuda a proteger nuestros huesos y los fortalece.
  • Zinc: esencial para que el sistema inmunitario de nuestro cuerpo funcione adecuadamente.

 

La yema esta compuesta en un 50% de agua junto con proteínas y lípidos. Aquí te contamos algunas curiosidades sobre la yema del huevo:

  • Tiene un alto contenido en grasas saludables, las cuales contribuyen al funcionamiento de nuestros sistema cardiovascular.
  • Contiene lecitina, una sustancia orgánica que se encarga de fusionarse con el colesterol para evitar que se absorba totalmente en el organismo.
  • Además, la yema del huevo es rica en vitamina D, muy necesaria para absorber el calcio y el fósforo. Esta vitamina es una gran fuente de energía y promueve la sensación de saciedad.

¿Qué ocurre con el colesterol del huevo?

Mas de una vez habremos escuchado “No comas muchos huevos que te suben el colesterol”.

A partir de este dicho se han realizado numerosos estudios que hasta entonces confirmaban esta teoría, ya que las personas que consumían de forma habitual el huevo generaban niveles de colesterol superior al de otras. Sin embargo, estas personas también llevaban a cabo una dieta con alimentos ricos en calorías y en grasas trans. Estas grasas aumentan de forma notable el nivel de colesterol del sistema y son dañinas para la salud.

 

Con el paso del tiempo y las investigaciones realizadas sobre el huevo y sus componentes, se ha llegado a la conclusión  que el colesterol que aportan los alimentos, es decir, el colesterol dietético se relaciona poco o nada con el colesterol sanguíneo. Es un alimento sano, totalmente compatible con una dieta cardiosaludable que contiene proteínas y vitaminas que ayudan a desarrollar el correcto funcionamiento del organismo. Por lo que si quieres consumir huevos, puedes hacerlo consumiendo un máximo de 2 huevos al día.

 

¿Se deben cocinar los huevos?

La forma en la que se cocinan los huevos es clave en el proceso de asimilación de sus componentes como las proteínas y los lípidos.

Las proteínas de la clara de un huevo cocinado se digieren y se aprovechan totalmente, mientras que las proteínas de la yema si se digieren totalmente, aunque no esté cocinada.  Las principales proteínas presentes en la clara de huevo son Ovoalbúmina y Ovotransferrina las cuales están formadas por largas cadenas de aminoácidos, que nuestro sistema digestivo no es capaz de asimilar.

 

Hace unos años, en el ámbito del deporte, existió la tendencia a consumir claras de huevos sin cocinar. Por aquel entonces no tenían en cuenta que las proteínas de la clara de huevo sin cocinar no son digeribles, ni el sabor horrible que producen, ni el riesgo que puede conllevar para la salud ya que pueden estar infectados con salmonella.

 

¿Qué es la salmonella?

Es un microorganismo patógeno el cual puede dar lugar a una enfermedad llamada salmonelosis, de transmisión alimentaria.

La salmonella se encuentra en aves crudas, huevos, carne vacuna y algunas veces en las frutas y verduras sin lavar.

La sintomatología de esta enfermedad se relaciona con diarrea, fiebre, cólicos abdominales y dolor de cabeza.

Aunque aparentemente no parezca una enfermedad muy preocupante, los adultos mayores de 65 años, los niños menores de 5 años y las personas con el sistema inmunitario debilitado pueden enfermar gravemente.

 

¿Cómo podemos reducir el riesgo de contraer salmonelosis?

  • Mantener los huevos refrigerados.
  • Deseche los huevos sucios y rotos.
  • Cocinar los huevos.
  • Lavar las manos y objetos en contacto con los huevos crudos.

 

¿Quieres una receta saludable donde el huevo sea la estrella?

Receta de tortitas de huevo y plátano 

Ingredientes:

  • 2 huevos
  • 2 plátanos muy maduros
  • 50 g copos de avena
  • 200 g yogur natural
  • 1 cucharada crema de cacahuete

 

Elaboración paso a paso:

  1. En una picadora, tritura todos los ingredientes.
  2. Engrasa una sartén y ponla a calentar a fuego medio.
  3. Vierte un par de cucharadas de la mezcla en la sartén y deja que la tortita se haga por ese lado. Cuando los bordes estén cuajados y la superficie llena de burbujas, dale la vuelta y cuájala por el otro lado.
  4. Repite el paso anterior con el resto de la masa ¡¡y a disfrutar!!

 

 

REFERENCIAS  (citado en APA)

Fuller, N. R., Sainsbury, A., Caterson, I. D., & Markovic, T. P. (2015). Egg consumption and human cardio-metabolic health in people with and without diabetes. Nutrients, 7(9), 7399-7420.

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