Los frutos secos han sido un tesoro para todos los náufragos de Hollywood, nunca habíamos visto a alguien comer almendras con tanta ansiedad hasta que en nuestra investigación para este blog, nos topamos con una ardilla devorando un árbol de almendras entero… Y no, ¡no eran nueces sino almendras! Los frutos secos son un tesoro nutricional que muchos nutricionistas recomiendan para una dieta equilibrada. Hoy os desvelamos los componentes de los frutos secos más comunes y os resolvemos las cuestiones más contradictorias de los mismos.
En primer lugar, ¿qué es un fruto seco? Es un alimento de origen vegetal que puede comerse crudo y se caracteriza generalmente por estar dentro de una cáscara. Los frutos secos tienen un alto contenido en grasas, esta cuestión confunde a muchos ya que si tienen muchas grasas, ¿cómo van a ser saludables?
Las grasas de los frutos secos son lo que la ciencia y el nutricionismo llama “ácidos grasos insaturados”, en castellano, grasas sanas. Este tipo de grasas son cardiosaludables y fomentan un buen funcionamiento del sistema digestivo. Los frutos secos también contienen mucha fibra, genial para nuestra dieta y muchos otros minerales y vitaminas.
La cuestión que hemos querido resolver más en profundidad respecta a si estos frutos son realmente saludables, si contienen minerales, vitaminas, grasas saludables y fibra… ¿Por qué se plantea que no lo sean?
Esta respuesta nos ha llevado a buscar en diferentes investigaciones, entre ellas, la Universidad de Harvard en Estados Unidos hace ya algunos años desveló las razones por las que los frutos secos pueden llegar a no ser saludables. Si estos se consumen fritos, garrapiñados, cubiertos de chocolate, con azúcar… pierden muchas de las cualidades nutricionales que tienen de por sí crudos y al natural.
Su consumo en exceso es también una de las razones por las que pueden llegar a no ser saludables. Los frutos secos tienen entre un 51% y un 73% de materia grasa, aunque esta sea saludable sigue siendo grasa, por lo tanto, es importante tener en cuenta que, si su consumo es excesivo, sobre todo en el caso de las almendras y las avellanas pueden llegar a producir un aumento de peso indeseado.
Tienen muchas calorías sí, por poner algunos ejemplos, por cada 100 gramos, las almendras (crudas) aportan 575 kcal, las avellanas tienen 628 y la lista deja en el primer puesto a las nueces de macadamia que tienen 718 kcal por cada 100 gramos. Por ello hay muchos nutricionistas que no recomiendan su consumo en dietas, además de que es importante tener en cuenta que los frutos secos son muy alérgenos, y hay muchas personas que son alérgicas a los mismos.
En resumen y a modo de conclusión, debemos tener en cuenta que los frutos secos en su forma natural son sanos hasta cierto punto, ya que son alimentos muy grasos y alérgenos cuyo consumo debe ser moderado y controlado. Tienen muchos beneficios para la salud, favoreciendo el sistema digestivo y dando vitalidad, pero como ya venimos diciendo, todo en su justa medida.