Los ácidos grasos Omega 3 fueron descubiertos en Antártida. Un grupo de científicos se desplazaron hasta allí con el fin de investigar las dietas de las tribus que vivían en el frío clima de la Antártida. Durante el estudio se pudo comprobar como muchas de las tribus basaban gran parte de su dieta alimenticia en carnes grasas de cetáceos. Por el contrario, el consumo de frutas y verduras para las tribus era muy reducido debido a la dificultad de cultivar e importar ese tipo de alimentos.
La falta de vitaminas en la dieta de las tribus de la Antártida habría sugerido en condiciones normales que se encontrasen grandes problemas de salud en las personas, sin embargo, este no fue para nada el resultado de la investigación.
Los científicos descubrieron que la carne de los cetáceos como las ballenas era rica en ácidos grasos Omega 3, lo que permitía mantener la salud cardiovascular de los miembros de la tribu y de alguna forma contrarrestar los efectos de la falta de otros nutrientes y vitaminas que no estaban disponibles con tanta abundancia en el frío clima.
La carne de cetáceos y el pescado azul contiene una gran cantidad de ácidos grasos conocidos como Omega 3. Estos ácidos grasos son tres: el ácido alfa-linolénico (ALA), el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA).
A pesar de tener estos nombres tan complicados, todos ellos en conjunto forman un grupo de ácidos grasos que beneficia a nuestro organismo enormemente y que una vez descubiertos, han sido objeto de estudio para el mundo de la salud y de la nutrición por el amplio abanico de beneficios que tienen estos ácidos grasos en nuestro organismo.
En el blog de hoy hablaremos sobre los beneficios de los ácidos grasos Omega 3.
¿Cuáles son los beneficios del Omega 3?
El Omega 3 tiene beneficios tanto funcionales como estructurales. Numerosos estudios han observado que el EPA y el DHA tienen efectos antiinflamatorios y un papel importante en el estrés oxidativo.
Por un lado, el EPA ejerce una función cardioprotectora en pacientes con problemas cardíacos y que no ingieran suficientes alimentos ricos en Omega 3.
Por otro lado, el DHA tiene una función estructural a nivel neurológico y visual. Por tanto, una de las principales características del Omega 3 es la función que este tipo de ácido graso ejerce sobre el cerebro y la vista. Diferentes estudios han confirmado que el DHA presente en la leche materna favorece el desarrollo visual y cognitivo en los lactantes, por lo cual este Omega 3 es beneficioso y proporciona una mejora en el aprendizaje y la conducta durante la infancia.
Los ácidos grasos Omega 3 no son generados por nuestro organismo de forma natural, sino que debemos ingerirlos mediante determinados alimentos o incluso suplementos alimenticios.
Algunos de los alimentos con mayor presencia de ácidos grasos Omega 3 son los pescados de agua fría (el denominado pescado azul), los frutos secos, ciertos aceites vegetales y alimentos de origen vegetal como las legumbres, espinacas o el aguacate.
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Referencias bibliográficas:
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