El frío del Ártico dio lugar al descubrimiento de los ácidos grasos Omega-3. Las tribus que surgieron y proliferaron en el reino del hielo descubrieron sin darse cuenta, uno de los mayores aliados de la salud cardiovascular, el Omega 3.

 

¿Qué es el Omega 3?

El Omega 3, o los ácidos grasos Omega 3, son ácidos poliinsaturados que el cuerpo no puede producir por su propia mano. Los esquimales encontraron fuentes de Omega 3 en la carne de ballenas y focas del Ártico, el resto de los humanos recurrimos a opciones más fáciles de conseguir como el pescado azul o los frutos secos. El Omega 3 puede encontrarse en pescados azules como el atún o el salmón, entre otros. Los frutos secos son otra gran fuente de Omega 3, sobretodo las nueces y las almendras.

Existen varios tipos de ácidos poliinsaturados, el DHA o Ácido docosahexaenoico es uno de ellos, se encuentra principalmente en las nueces mientras que su fiel compañero, el Ácido ecosapentanoico o EPA se encuentra en los pescados azules. Estos dos tipos de ácidos poliinsaturados son los más característicos y a pesar de su extenso y complicado nombre de pronunciar, son los más conocidos por la mayoría.

 

¿Para qué sirve el Omega 3?

A pesar de que la palabra “grasa” no tenga una buena reputación, en este caso, los ácidos grasos Omega 3 sirven para mejorar nuestra salud en diferentes aspectos. El omega 3 sirve para regular el nivel de triglicéridos, que son un tipo de grasa libre en nuestro cuerpo. Tener un nivel alto de triglicéridos puede aumentar el riesgo de tener cardiopatías, sobretodo aquellas en relación con las enfermedades de las arterias coronarias.

Los ácidos grasos Omega 3 sirven también para retrasar la acumulación  de colesterol en las arterias.Como muchos habréis podido ver en anuncios de la televisión, una de las funciones más características del Omega 3 es ayudar a reducir el colesterol, y así es. Según la Fundación Española del Corazón, un consumo controlado de los ácidos grasos Omega 3 ayudan a mantener los niveles normales de colesterol.

El Omega 3 baja ligeramente la presión arterial, según han corroborado diferentes estudios científicos. La presión arterial es la presión que ejerce  la sangre al circular por las paredes de las arterias dentro de nuestro cuerpo. Cada vez que nuestro corazón late, bombea sangre hacia las arterias.

Por ello es importante mantener esta presión siempre dentro de los niveles saludables ya que una presión arterial muy alta, que es una situación dada con bastante frecuencia en nuestra sociedad, puede llevar a que se produzcan cardiopatías en un futuro.

 

 

¿Cuáles son los beneficios del Omega 3?

Después de haber mencionado para lo que sirven los ácidos grasos, debemos anunciar los beneficios de su consumo de Omega 3.

  • Niveles saludables de triglicéridos en sangre: como resultado del consumo de los ácidos grasos estos niveles se adaptan por sí solos.
  • Una menor riesgo de cardiopatías como resultado de un elevado nivel de colesterol: el Omega 3 ayuda a reducir la formación de placas de colesterol y por consecuente, el riesgo de enfermedades cardiovasculares, sobretodo aquellas relacionadas con las arterias.
  • La piel brilla más: es un beneficio poco conocido, pero no por ello incierto. Los ácidos grasos Omega 3 lubrican desde dentro las capas de nuestra piel y mejoran la calidad hidratándola y haciendo que brille más.

 

¿Cuándo tomar Omega 3?

Según la gran mayoría de estudios que han investigado cual es el mejor momento para tomar Omega 3, la mayoría de estos no llegan a una conclusión fija.

En lo que respecta al Omega 3 en cápsulas o también llamadas perlas, los estudios científicos que hemos consultado para escribir este blog concluyen que el momento idílico para tomar Omega 3 no es ni por la mañana ni por la noche, sino, simplemente todos los días a la misma hora. Esto quiere decir que el hecho que sea antes de desayunar o después de cenar no importa, siempre que se tome todos los días a una hora parecida.

Como pequeña ayuda para acordarnos de tomarlo, puede ayudar el hecho de ponerse una alarma durante 21 días, que es el tiempo que tarda el cuerpo en acostumbrarse a una rutina, ya sea para consumir el Omega 3 en perlas o simplemente para acordarse de ir a la cocina a por un puñado de nueces. Lo óptimo en todos los casos, es consumirlo siempre a la misma hora para así poder construir una rutina.

 

 

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