Las primeras bebidas energéticas como tal, se comenzaron a comercializar a principios de los 90 en Estados Unidos, a modo de chute industrial de energía. Las utilizaban los deportistas para recuperarse de sus entrenamientos, pero hoy en día las ventas han subido espectacularmente y hay estudios que confirman que el 68% de adolescentes europeos y el 18% de niños entre 3 y 10 años las consumen, incluso Coca-Cola ha lanzado no hace mucho su nueva bebida de este tipo.

 

Desde deportistas para recuperarse de la fatiga, hasta universitarios y estudiantes para lograr una mayor concentración, pasando por gamers; las bebidas energéticas son un complemento esencial en la vida de muchas personas, pero ¿qué son realmente?

 

 

Estas bebidas, hablando en términos generales porque existen muchas variaciones, no tienen alcohol, contienen cafeína, azúcar, vitaminas e hidratos de carbono. El conjunto de azúcar, cafeína e hidratos de carbono expone al cuerpo a un subidón de actividad, que puede causar adicción, por lo que sí, las bebidas energéticas pueden llegar a ser adictivas. Componentes como guaraná que previene el cansancio, la taurina que mejora la memoria, o el Ginkgo que aumenta la capacidad de concentración, pueden parecer saludables, pero un combinado de estas sustancias puede llegar a ser peligroso para la salud. Se estima que una lata de Monster (500ml) contiene un nivel de cafeína que iguala al de cuatro tazas de café concentrado.

 

La publicidad de que este tipo de bebidas energizantes es engañosa, no es lo mismo tener energía que padecer un estado de nerviosismo, ya que solo una lata nos puede provocar insomnio, inquietud, trastornos gastrointestinales e incluso taquicardia.

 

Está probado también que la mezcla de estas bebidas con alcohol induce a beber más, ya que el alcohol tiene un efecto depresor del sistema nervioso central que provoca sueño y cansancio que lleva a dejar de beber, y estas bebidas lo que hacen es enmascarar ese efecto.

 

 

A nivel nutricional son muy deficientes ya que aportan cantidades mínimas de nutrientes beneficiosos, y en la mayoría de los casos la excesiva ingesta de estas bebidas puede tener efectos adversos y dañinos para nuestra salud, ya que sus riesgos son mucho mayores que sus supuestos beneficios.

 

Sería importante una mayor regulación de este tipo de bebidas y una mayor información sobre los riesgos de consumirlas, sobre todo para los más jóvenes.

 

En el caso de querer obtener energía, disminuir el sueño y mejorar nuestro rendimiento físico se aconseja tomar té o café de origen natural, aunque también existen en el mercado complementos alimenticios formulados a base de cafeína y guaraná, como BURNER SLIM+ de In·Vitta, con los que también se pueden obtener los efectos deseados sin perjudicar la salud, sobre todo para aquellos en los que quieran una dosis superior de cafeína y no les guste el café.

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